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Luigi Capuana no solo habl� a los ni�os, tambi�n fue un escritor ilustre siciliano, trabaja para teatro de comedias y dramas dial�cticos, como "Malia" y "Paraninfo"; de novelas como �Giacinta� y �Il Marchese di Roccavardina�, �Homo� y otros libros cr�ticos.
Naci� en Mineo, en la provincia de Catania, SICILY en 1839, por una familia adinerada de terratenientes dominados por las figuras de sus t�os Antonio y Mimi, ten�a una juventud serena y una educaci�n bastante tradicional en el contexto de la burgues�a insular. En 1857 se matricul� en la facultad de jurisprudencia de la universidad de catania.
Pronto comenz� a interesarse por la literatura y especialmente por la poes�a popular, siguiendo la sensibilidad rom�ntica y luego dominante. Los a�os que siguieron inmediatamente, hasta 1863, se caracterizaron, sin embargo, por los primeros contactos literarios en la ciudad, que sin duda lo reconfortaron en sus elecciones inmediatas y lo dirigieron hacia una experiencia art�stica muy alejada del c�rculo universitario. En 1863 regres� a Mineo, donde compuso dramas, siempre de inspiraci�n rom�ntica, luego representados por una compa��a de actores pro dram�ticos.
En 1861 compuso un drama en verso, Garibaldi, marcado por el clima rom�ntico de la �poca y dio lugar, despu�s del abandono de los estudios de derecho, a una intensa actividad po�tica que culmin� en los sonetos de Vanitas vanitatum (1863) y en las primeras experiencias en �rea del folklore siciliano a la que hab�a conducido la c�lida amistad de Leonardo Vigo, incansable coleccionista de canciones populares sicilianas.
En 1869, por razones de salud, decidi� regresar a Mineo, se comprometi� en una relaci�n con un plebeyo, de quien luego tuvo hijos abandonados. En Sicilia permanecer� durante siete a�os, retenido por la muerte de su padre y por el cuidado de sus intereses privados. En 1871 se convirti� en inspector escolar y se dedic� apasionadamente a los problemas de la educaci�n obligatoria; en 1872 fue elegido alcalde de Mineo y su actividad como administrador p�blico ser� tan en�rgica como para darle el merecido sello de De Pretis di Mineo.
Junto con la maduraci�n de la cr�tica, la disposici�n narrativa avanza, lo que lo lleva, en algunas novelas, a experimentar con diferentes t�cnicas y convertirse en partidario de experiencias contrastantes, incluso si su inter�s en la poes�a naturalista tiene la ventaja en los �ltimos a�os, contribuyendo a formulaci�n de la etiqueta de muestra exacta del verismo italiano que nunca acept� en un significado simplista.
En 1877 fue llamado por De Meis, y siguiendo el ejemplo de Verga, abandon� Sicilia nuevamente, esta vez a Mil�n, donde parec�a concentrar la cultura m�s animada de la nueva Italia.
Esto abre el per�odo milan�s (1877-81) en la vida de Capuana. Trabajador incansable, se convierte en un colaborador habitual de Corriere della Sera y su firma atrae gradualmente la atenci�n de una gran audiencia.
Mientras tanto, en contacto con la Scapigliatura y con las corrientes de la vanguardia post-rom�ntica, ampl�a considerablemente su horizonte, movi�ndolo al nivel europeo, sobre todo con el enfoque audaz de su trabajo narrativo: publica la colecci�n de cuentos de mujeres (1877). y la primera novela Giacinta (1880), una obra a gran escala y un claro enfoque naturalista que luego se reducir� para el teatro y se editar� nuevamente con variaciones considerables en 1885. Los primeros estudios sobre literatura contempor�nea aparecen en los a�os 80, seguidos En breve, en 1982, a partir de la segunda serie; La fisonom�a de la cr�tica militante tambi�n est� organizada, comprometida con la afirmaci�n de la est�tica hegeliana y en la batalla por el triunfo en Italia de la nueva po�tica europea: del naturalismo zoliano a la psicolog�a bourgetiana. En el centro de la controversia, lucha por un arte que no es ajeno a la sociedad de su tiempo, pero que en conjunto otorga amplia libertad a su sed de investigaci�n y la necesidad de experimentar de todas las maneras que garanticen una renovaci�n formal. Con su amigo Giovanni Verga se convirti� en uno de los picos de la literatura joven: en torno a los dos sicilianos se form� un grupo que tiene un peso considerable en la vida cultural de la ciudad.
Despu�s de una breve estancia en Mineo, en el 82 lo llamaron a Roma para reemplazar a Ferdinando Martini en direcci�n a Il Fanfulla el domingo. El peri�dico permanecer� cerca de dos a�os: un per�odo corto pero intenso que permite reuniones rentables: de Sommaruga a Scarfoglio, de Serao a D'Annunzio. Mientras tanto, recopila una nueva serie de historias cortas (Homo) y comienza una de las l�neas m�s originales de su experiencia narrativa, la del cuento de hadas, conducida en este camino por su antigua pasi�n por el folclore y la poes�a popular y por la incitaci�n constante de su amigo. Giuseppe Pitr�.
As� que fue ligero ver la colecci�n de cuentos de hadas �rase una vez (1882), seguido de una larga serie de obras an�logas (Il regno delle fate, Il raccontafiabe, Seguito al C'era una volta, etc.)